La Alianza por la Calidad de la Educación obedece a presiones del circuito financiero internacional, es privatizadora y concibe la educación como mera capacitación para el trabajo, afirma el profesor e investigador de la UAM-Xochimilco, Hugo Aboite.
Aboites quien este fin de semana se reunió con profesores inconformes con la Alianza por la Calidad de la Educación en la ciudad de Puebla señaló que la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) no debe partir de los acuerdos cupulares entre el SNTE y la SEP, sino que debe construirse desde las escuelas.
“Lo que buscan es tener reformas que hagan verse bien al país ante los circuitos internacionales y financieros. El movimiento magisterial es muy importante, está diciendo otro tipo de reformas y no las que plantea la Alianza por la Calidad de la Educación: necesita una estructura mucho más democrática, necesita construir al país desde cada escuela”, expresó Aboites.
La trayectoria
Aboites es miembro del Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Enfatizó que la preocupación por la educación es de los maestros y no de la burocracia, de la SEP.
El maestro y doctor en Educación por la Universidad de Harvard criticó el modelo de competencias, pues dijo que solamente capacita para el trabajo y no impulsa la formación integral de las personas.
“La crítica fundamental es que la concepción de educación es sumamente pobre y reducida”, refirió.
Aboites, quien fue alumno del educador brasileño y filósofo Paulo Freire, defendió la oposición a la ACE y la capacidad de los profesores para ofrecer una alternativa a ella: “esta reforma de los maestros tiene un sentido humanista y social mucho más trascendente”.
Aboites censuró la prueba ENLACE porque: “son evaluaciones que no son educativas, tienen un fin punitivo”.
La alianza necesita una estructura más democráctica
—Usted ha dicho que los movimientos magisteriales que impugnan la Alianza por la Calidad de la Educación en todo el país son un “viento de esperanza” ante la crisis de los partidos políticos. ¿Podría ahondar en ese concepto?
—En México estamos viviendo una etapa de un vacío terrible de liderazgo, de concepciones de futuro, de proyecto de país, entonces, la tarea de hacer un proyecto no es de intelectuales recluidos en una biblioteca o en un escritorio, sino de la captación de lo que están tratando de hacer los movimientos al país. El movimiento magisterial es muy importante, está diciendo otro tipo de reformas y no las que plantea la Alianza por la Calidad de la Educación: necesita una estructura mucho más democrática, necesita construir al país desde cada escuela. El movimiento magisterial está mucho más adelantado que los partidos en eso. Vemos que la Cámara de Diputados, con todos los partidos a favor vota una reforma que si bien contiene puntos positivos, tiene otros muy problemáticos.
”Reitero eso, que el movimiento zapatista, el movimiento electoral del 2006, el movimiento de los obreros en Sicartsa en Pasta de Conchos, movimientos estudiantiles, como el movimiento magisterial, son los vientos de esperanza que recorren este país, porque la clase política está desahuciada en su capacidad de liderazgo”.
—El modelo educativo que impulsa la SEP y el SNTE se basa en el modelo de competencias. ¿Cuál es la crítica que se le hace a este modelo?
—La crítica fundamental es que la concepción de educación es sumamente pobre y reducida. Es una propuesta de capacitación. No es una propuesta de formación, no es una propuesta educativa en el fondo. Responde a una visión empresarial y privatizadora de la educación que tiene que ver con esta presión muy fuerte que hacen los circuitos financieros, en el sentido de que la educación debe dejar de ser un espacio para el crecimiento de las personas y convertirse en una mera escuela de capacitación para el trabajo.
—Mencionaba que hay alternativas educativas como la Universidad de la Tierra, ¿están funcionando? ¿Son ventanas donde podemos ver lo que se puede construir?
—Sí, pero no para copiar en forma irracional, sino para captar el espíritu de la reforma. Hacer un esfuerzo muy profundo por captar las verdaderas necesidades a su alrededor. Las necesidades de una comunidad de una zona urbana como Puebla o de una zona urbana rural son muy diferentes a las que se dan en Chiapas, el movimiento indígena, pero lo que es importante recuperar es que hay una metodología de aproximación a la realidad. A nosotros nos pueden parecer muy diferentes y extrañas desde nuestra mentalidad, desde nuestras necesidades, pero son muy válidas como metodología.
—¿Qué papel están jugando los medios electrónicos? Muchas ocasiones ocupan visiones estereotipadas para desacreditar las protestas de los profesores en contra de la alianza.
—Los maestros deben tomar en cuenta que deben hacer un trabajo de explicación de su movimiento, de explicación a los medios. Para que vean claro que la preocupación por la educación está de parte de los maestros, no de parte de las burocracias de la SEP federal y local, que lo buscan es tener reformas que hagan ver bien al país ante los circuitos internacionales, financieros y del movimiento. Esta reforma de los maestros tiene un sentido humanista y social mucho más trascendente.
—Criticaba los mecanismos de certificación y evaluación de la educación diciendo que podrían simplemente ser medidas coercitivas.
—Son evaluaciones que no son educativas, tienen un fin punitivo. De diferenciación, de clasificar a los alumnos en deficientes, elementales, insuficientes, en fin, su uso está muy lejano de una mejoría educativa porque tienen este componente muy fuerte de separar a los buenos maestros de los malos, de separar a las buenas escuelas de las malas. En ese sentido se convierte en persecutorio.
Medidas anticonstitucionales
—¿Los exámenes de admisión en las universidades van en contra del precepto constitucional?
—El precepto constitucional dice que todo individuo tiene derecho a la educación. Las pruebas que excluyen a algunos, que impiden ingresar a la educación superior y media superior, son anticonstitucionales.
”Hay un discurso de 1992 a la fecha sobre la calidad educativa: la certificación de las carreras para que las universidades compitan los recursos públicos. Este discurso es peligroso. Porque burocratiza muchísimo procesos que ocurren en las universidades y nos encajonan en el esquema ‘si eres bueno te doy dinero, y yo decido si eres bueno o no’, es una situación que demerita mucho los procesos de mejoramiento de la educación.
—Usted fue alumno de Paulo Freire ¿qué recuerda del pedagogo?
—Era un verdadero humanista, con una visión de la educación muy profunda. Su trato personal era muy humano, muy cálido, muy generoso. Lo recuerdo con mucho cariño. Me hizo ver que lo que me interesaba era realmente la educación. No tenía idea de qué quería hacer.
El movimiento magisterial es muy importante, está diciendo otro tipo de reformas y no las que plantea la Alianza por la Calidad de la Educación: necesita una estructura mucho más democrática, necesita construir al país desde cada escuela.
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