"Amargo, la boca amarga,
la sed insaciable despertando desde no sé cuándo
antes que yo.
Amargos los días y las noches amargas y sedientas
y frías
calles y vientos malheridos tocando mi piel que no
se queja"...
Álvaro Solís
por Joaquín Ríos Martínez
No importa cuáles sean nuestras convicciones políticas o místicas, este es el momento de estar unidos en torno aun concepto en desuso: la conciencia identitaria que nos crea sentido de pertenencia cultural.
La madrugada del largo fin de semana pasado tres amigos y colegas fueron brutalmente golpeados por cuatro policías municipales de elite bajo la supervisión y beneplácito de dos de sus oficiales. Los tres escritores, Federico Vite, Álvaro Solís y Miguel Ángel Andrade fueron golpeados, torturados sicológicamente, secuestrados y abandonados a las afueras de la Puebla “de los Ángeles”, tras no encontrarles la droga que buscaban los agentes, en un operativo “común” en las calles del centro histórico.
La carta de protesta y adición que circula a nivel nacional dice que lo que comenzó como una revisión rutinaria derivó en una serie de atrocidades que pusieron en peligro la vida de Vite, Andrade y Solís. Los insultos, intimidaciones y vejaciones duraron aproximadamente cuarenta minutos; el comando dedicado a salvaguardar la seguridad de los habitantes de esta ciudad abandonó a los escritores en un solitario paraje a las orillas de Puebla.
“A mi me dio un chingo de miedo cuando me di cuenta de que ya no había luz y que circulábamos por terracería, aquí valimos madres” le declaraba Álvaro a Movimiento perpetuo de Radio BUAP, la mañana del martes.
La golpiza incluyó amenazas de muerte, burlas y encañonamientos con armas largas, además de una constante humillación y vejación a los escritores. La ira y violencia de los policías se desató cuando Federico Vite se identificó como reportero del periódico Intolerancia. Algunos de los insultos y amenazas que profirieron los policías durante el trayecto en la camioneta fueron: “¿Crees que por ser de la prensa no te podemos partir la madre?”, “la prensa se ha encargado de humillarnos ante la sociedad, a ver si a golpes aprenden a callarse”, “¿te crees muy cabrón sólo porque eres periodista, ahora vas a aprender a callar?”
Desprecio, frustración e ignorancia
El evidente desprecio y rencor de los policías refleja la impunidad que desde hace tiempo rige este país. Recordemos, por ejemplo, que Puebla, de acuerdo con el Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), es el cuarto lugar nacional en agresiones contra periodistas.
¿Qué confianza hay en los grupos policiacos, cuando en lugar de salvaguardar la seguridad de los habitantes son los encargados de asaltar, golpear, humillar y amenazar a los civiles?
El combate a la delincuencia no exime, por ningún motivo, el respeto a los derechos humanos. La inseguridad es otra forma de evitar la libre expresión de ideas. Exigimos el irrestricto respeto a las garantías individuales de los escritores, hacemos público nuestro apoyo a los compañeros y manifestamos nuestro repudio en contra de estos hechos. Exigimos que se castigue a los responsables y se garantice la seguridad de Álvaro, Federico y Miguel Ángel, acota la carta firmada hasta hoy (martes 17 de marzo de 2009) por más de 600 personas, de varios estados de la república, incluyendo organizaciones de artistas, escritores, periodistas y académicos.
Este mismo martes la mayoría de la prensa da cuenta de estos hechos y acusa a Alberto Hidalgo, Secretario de seguridad municipal, de la creciente corrupción e impunidad gestada al interior del feudo.
Los agredidos
Miguel Ángel Andrade es escritor, poeta, fotógrafo y becario del Foescap 2009, además empleado de una institución cultural; Federico Vite es reportero de la fuente de Cultura, escritor y ganador del Premio nacional de cuento Salvador Gallardo (2003); el Premio nacional de novela Ignacio M. Altamirano y el Premio hispanoamericano de cuento de la Revista Arcana. Fue becario de la Fundación para las letras mexicanas (fundación Octavio Paz) dando como resultado el libro Fisuras del continente literario (censurada por el Conaculta).
Álvaro Solís es poeta, ganador del Premio nacional de poesía Gutierre de Cetina, 2007, egresado de la maestría en Literatura por la BUAP y autor del libro Los días y sus designios. Tres talentosos seres humanos que acaban de perder la otra inocencia, fueron despertados a la realidad, de hoy en adelante (y espero que no por mucho) mis tres amigos caminarán escuchando fantasmas, mirando de reojo y por supuesto adoloridos del alma.
La policía municipal representada en estos 8 policías nocturnos (4 de la batea, 2 en cabina y dos más en otra patrulla), robaron todo intento de confianza en las autoridades. Además a ello hay que sumar la negativa del ministerio público a levantar cargos y el periplo que han pasado estas noches. Los tres han abandonado sus domicilios y aún así son seguidos por patrullas.
¿En que estado (y Estado) vivimos? El gobierno habla y firma convenios de no agresión, de transparencia, de defensa a los derechos de los periodistas, ¿y?
Va desde la Verdadera Verdá un abrazo solidario (ligero pa´ no madrearlos más) y un estruendoso ¡¡Chingüen a su madre los que actúan de manera impune!!
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