En el número 91 de la Revista Zócalo, la periodista "Balbina Flores" reseña los estragos al gremio periodístico por parte de los grupos de presión:
Los comunicadores, desde el sexenio pasado, en particular en los estados, han sido agredidos sin tregua a tres fuegos: los grupos sociales, las fuerzas del orden, entre ellos el ejército y, por si fuera poco, el narcotráfico. No hay para dónde hacerse. Más que cobijarse bajo la autocensura y el silencio, como medio de autoprotección, la respuesta adecuada ha sido la solidaridad del gremio –los medios y las organizaciones– la que ha logrado, por lo menos, alertar e informar sobre agresiones mayores, aunque no en forma muy organizada. La intervención de las organizaciones internacionales ha sido un factor determinante para llamar la atención.
Los comunicadores, desde el sexenio pasado, en particular en los estados, han sido agredidos sin tregua a tres fuegos: los grupos sociales, las fuerzas del orden, entre ellos el ejército y, por si fuera poco, el narcotráfico. No hay para dónde hacerse. Más que cobijarse bajo la autocensura y el silencio, como medio de autoprotección, la respuesta adecuada ha sido la solidaridad del gremio –los medios y las organizaciones– la que ha logrado, por lo menos, alertar e informar sobre agresiones mayores, aunque no en forma muy organizada. La intervención de las organizaciones internacionales ha sido un factor determinante para llamar la atención.
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