miércoles, 5 de septiembre de 2007

Del Jefe de prensa como linebacker

¿Alguien se ha preguntado para qué diablos sirve un jefe de prensa?
La Revista Mexicana de Comunicación con el artículo“La monotonía de la Prensa Poblana” nos responde esta pregunta.

—La mayoría de los jefes de prensa están encargados de cerrarles las puertas a los reporteros. La única vía institucional, además de la ley de transparencia o una entrevista banquetera, es a través de los organismos. Solicitas una entrevista con el Secretario de Finanzas, Gerardo Pérez Salazar, y su jefe de prensa difícilmente te tomará la llamada. En temas espinosos, por ejemplo, al consejero jurídico, Ricardo Velásquez, si le solicitas una entrevista no te la va a dar. Yo lo he intentado tres veces.- le responde el reportero de la Jornada de Oriente y W Radio, Martín Hernández Alcántara, al corresponsal de Proceso, Juan Pablo Proal.
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Coincido con las líneas anteriores.
Cierto, si quieres entrevistar a Ricardo Velásquez es imposible. Pedí en varias ocasiones una entrevista con Velásquez y fue imposible conseguirla a través de su jefe de prensa o secretario particular.

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Otro iluminador párrafo sobre lo que sucede en la prensa poblana:
“Si en la prensa nacional es llamado por su nombre: “Caso Marín-Cacho”, los periódicos locales lo reducen a “Caso Cacho” o, de plano, lo omiten de la agenda. Ello es sólo un botón de muestra que evidencia una cobertura mediática basada en la exaltación de la agenda del gobernador de poblano, Mario Marín Torres, mediante la diaria publicación de sus boletines, la desaparición de cualquier viso de crítica hacia él, la coacción de los periódicos que alguna vez fueron opositores a su gestión, y, desde luego, un gasto desproporcional en publicidad.”
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El colmo de todo esto es que el Caso "Marín-Cacho" se termina diluyendo en la retórica oficialista del periodismo local en el "Lidyagate".
¡Cómo si Lidia Cacho fuera la responsable de las violaciones a sus garantías individuales realizadas por las autoridades locales!


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Los iluminados del oficialismo pueden recitarle a todo el mundo que el caso "Marín-Cacho" ya no existe en el imaginario de los electores poblanos. Que no va a afectar la elección. Que la Suprema Corte ni siquiera mencionará a Mario Marín Torres. Que Kamel Nacif es un mito genial. Que Lidia Cacho Ribeiro es una mitómana. Que la memoria poblana es de cortísimo plazo. Que ya Felipe Calderón "perdonó" a Marín. Que ya repuntó en las encuestas. Etcétera.
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Como en los régimenes totalitarios de Europa del Este previos a la caída del comunismo la verdad del poder se difunde en los Pravdas e Iskras locales.
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En ese contexto vale la pena recordar el millonario gasto del gobierno marinista en publicidad que el reportero Ernesto Aroche documentó para la Revista Eme-equis, que dirige el periodista Ignacio Rodríguez Reyna, en el mes de julio pasado.
“Desprestigiado como pocos ante la difusión de sus conversaciones telefónicas con el empresario Kamel Nacif, el gobernador de Puebla, Mario Marín, puso en marcha en abril de 2006 una costosa campaña mediática para tratar de paliar el escándalo, que incluyó la difusión en televisión de más de 5 mil 600 cápsulas del informativo oficial Avances y el pago de al menos mil 700 spots en las estaciones repetidoras de Televisa y Televisión Azteca.
Eso sin contar, por supuesto, con las 15 mil cápsulas transmitidas en al menos 10 radios locales y los 21 millones de pesos erogados para que la entrega de los Premios Oye! se realizara en esta entidad. Todo un esfuerzo por tratar de contrarrestar los efectos del escándalo, en el que el gobernador de Puebla ha ganado tiempo, después de que la Suprema Corte de Justicia decidió posponer hace unos días la votación sobre el informe que recomendaba hacer juicio político a Marín Marín por haber participado en las acciones para violar las garantías individuales de la periodista Lydia Cacho.”

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Un escueto reconocimiento a los organizadores del Homenaje a Sergio Pitol en la UAP . Si el homenaje sirvió de algo es para que Pitol tenga nuevos lectores. No más.

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