Que el gobierno de Marín busque triquiñuelas, argucias y demás menudencias para que su administración pueda retorcer la ley para negar la información van de lo burdo a lo incomprensible, desde respuestas leguleyas, intrincados mecanismos de atención, reiterados movimientos de prorrogar hasta donde la ley lo permite la respuestas de información.
Y cuando esto no funciona lo mejor es hacerse como el tío Lolo para no recibir los recursos de revisión que la Ley permite escondiendo las Unidades de Acceso a la Información Pública, o por lo menos la que despacha en la oficina del gobernador.
El intrincado laberinto para entregar el documento pasa por secretarias mal encaradas, por oficinistas aburridos y por funcionarios desparecidos, todo con un solo propósito: desencantar al solicitante con respuestas vagas, y direcciones incorrectas... pinches burocratas!!!
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