CARACAS.— En la ficción, Homero Simpson ofreció vender uranio al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pero la mercancía se extravió.
En la realidad, el gobierno de Chávez ordenó que Los Simpson, el popular programa sobre una típica (y extraña) familia de Estados Unidos, deje de ser transmitido por Televen, uno de los principales canales privados.
La serie, alegó, no es apta para niños.
¿Pero cuál será la verdadera razón? ¿Será porque Homero es técnico en una planta nuclear y alguna vez frustró un negocio de uranio con Chávez? ¿O porque Homero y el resto de personajes de la serie animada ridiculizan con frecuencia al mandatario, ataviado de militar, y al convaleciente ex presidente de Cuba, Fidel Castro, el ídolo y más fuerte aliado del venezolano y su revolución bolivariana?
Más allá de anécdotas, la orden vuelve a lanzar dudas sobre los límites a la libertad de expresión en Venezuela.
La salida del aire de las andanzas de Homero y su familia reitera los temores sobre el progresivo y creciente control de Chávez sobre los medios de comunicación.
Aparte de controlar Venezolana de Televisión, más de 150 canales, más de 450 estaciones radiofónicas y una gran cantidad de periódicos regionales, el gobierno está en una “guerra mediática” frente a los tradicionales periódicos y medios televisivos nacionales.
“Intereses imperialistas y la oligarquía han contrapuesto a las fuerzas motoras de la revolución bolivariana un poderoso aparato comunicacional”, aseguró un editorial del diario Vea, ligado al gobierno.
El ex candidato presidencial Manuel Rosales, un disidente del chavismo, dijo a EL UNIVERSAL que la libertad de expresión en Venezuela “en cierto modo es una fachada democrática”
No hay comentarios:
Publicar un comentario