El periodista no es protagonista.
Algo tengo que criticar a la actitud que Sanjuana Martínez ha asumido en el caso de las investigaciones sobre abuso a menores por parte de curas.
Aclaro que no justifico en ninguna medida a –como les llama ella— depredadores sexuales, por el contrario sería el primero en condenarlos. Además reconozco la calidad investigativa de Manto Púrpura.
El debate es sobre el profesionalismo y sobre la ética que debe mantener el periodista.
Es decir, pareciera ser una buena causa unirse a la defensa de estos niños, pero tomar el papel protagónico y encarar a los implicados no es un papel que corresponda al reportero.
Este debe asumir una actitud neutral, aunque inevitablemente tome partido o se sensibilice sobre algunos temas en especial.
El reportero debe ser capaz y tener la habilidad suficiente para llevar al entrevistado, implicado en el caso, al punto que reconozca su participación, sin insidia.
Regreso con Álex Grijelmo porque retrata con claridad el comportamiento de un entrevistador, pese a que las preguntas sean banqueteras; “en una entrevista el papel principal corresponde al entrevistado. El redactor no debe convertirla en una plataforma de lucimiento personal, ni tampoco ha de enredar al personaje en polémicas inútiles donde importe más el prurito del periodista que el interés del lector”.
Agrego: “lo cortés no quita lo combativo”.
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