Paula Carrizosa/ La jornada de Oriente
Para la historiadora Celina Peña Guzmán, la desaparición de los documentos, las fotografías y los archivos que referían a la fundación de la presa hidroeléctrica de Nuevo Necaxa que eran resguardados por la Unidad Regional de Culturas Populares e Indígenas de Puebla es responsabilidad del titular de la Secretaría de Cultura (SC), Alejandro Eliseo Montiel Bonilla, pues no cuidó del acervo que daba cuenta de la identidad individual, obrera y electricista de miles de personas que trabajaron en la empresa que por más de 100 años proporcionó electricidad a varias ciudades del centro del país, incluida la capital.
“Esta es una lucha entre el olvido y la memoria. El olvido por parte de los funcionarios públicos y la memoria de las miles de personas, entre miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), los historiadores y los miles de habitantes de la región de Huauchinango, que hicieron su vida en torno a la hidroeléctrica”, denunció.
Peña Guzmán recordó, mediante una entrevista, que por motivos de investigación tuvo acceso a los documentos que estaban bajo el resguardo del organismo descentralizado de la Secretaría de Cultura. El archivo estaba compuesto por fotografías originales de la presa que databan de la primera década del siglo XX, planos, manuales de operación y adaptación, que habían sido escritos por Frederick Stark Pearson, el constructor estadounidense encargado de la instalación de la hidroeléctrica
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